Recomendaciones para el almacenamiento, colocación, relleno y sellado, pulido y abrillantado, conservación y mantenimiento de las baldosas de uso interior.
Recomendaciones
Las soleras deberán estar perfectamente aisladas de cualquier tipo de humedad que aflojaría en la cara de la baldosa. Si por cualquier razón los remates se tuvieran que realizar con posterioridad a la colocación, se tendrá la precaución de dejar las baldosas para esta operación, del mismo lote del que se están colocando y sometidas a las mismas condiciones ambientales que el resto del pavimento ya colocado.
Almacenamiento de baldosas
Las baldosas deben almacenarse tal como hayan sido entregadas por el fabricante. En el almacenamiento a pie de obra, este se realizará evitando cualquier daño sobre la cara vista y aristas de las baldosas.
Se evitará todo deterioro o decoloración de las baldosas durante la descarga y almacenamiento.
Cuando vayan a ser sometidas a un almacenamiento prolongado, las baldosas se conservarán en locales cubiertos, protegidos de la intemperie y efectos del sol.
El lugar de aplicado deberá estar limpio, seco y horizontal.
Relleno y sellado de las baldosas
Para proceder al relleno y sellado de las baldosas, la superficie pavimentada estará totalmente limpia, humedecida y con las juntas descubiertas. La pasta a utilizar será del mismo color que el de las baldosas, salvo que expresamente se pretenda lo contrario y en su composición deberá emplearse solo un aglomerante, áridos especiales para juntas y pigmentos que recomiende o suministre en su caso el fabricante, estos estarán perfectamente amasado y homogeneizados, resultando una pasta de la máxima plasticidad que permita el rellenado de las juntas y sin exceso de agua.
Se repartirá uniformemente sobre el enlosado, distribuyéndola en varias pasadas para asegurar el perfecto llenado delas juntas. Cuando empiece a endurecer, se quitará la pasad sobrante.
Se deberá eliminar el exceso de pasta en el sentido de la diagonal de la baldosa, a efectos de no vaciar parcialmente la junta.
Una vez realizado el relleno y sellado de las baldosas, se deberá mantener el pavimento humedecido durante un mínimo de tres días, para poder obtener un buen fraguado y endurecimiento de la junta.
Protección de baldosas
Una vez, colocadas las baldosas, se deberá evitar el deterioro por agentes externos, tales como golpes o manchas, para lo cual, en caso necesario, se deberá proteger la superficie de las baldosas.
Descejado, pulido y abrillantado de las baldosas
Una vez terminado el proceso de relleno y sellado, habiendo transcurrido un tiempo mínimo de tres días desde su colocación, se procederá al descejado, pulido y abrillantamiento de las baldosas.
Las operaciones a realizar para el pulido y abrillantado se harán siguiendo el orden que se indica:
- El descejado se realizará con un abrasivo de carburo de silício o diamante de grano 60 o superior, refrigerado con agua.
- El primer pulido se hará con un abrasivo de grano 80-120
- Se volverá a realizar un relleno y sellado, siguiendo las instrucciones indicadas anteriormente, haciendo la salvedad que en esta operación la mencionada pasta deberá permanecer un período de curado de 72h en húmedo.
- El segundo pulido y abrillantado se comenzara con abrasivo de grano 220, terminando con grano 320 o superior.
Se debe tener en cuenta que antes de aplicar estos productos el pavimento deberá estar perfectamente seco. Se recomienda retrasar la última fase de abrillantado, hasta la entrada en servicio del pavimento.
Conservación y mantenimiento de las baldosas
Después de que el pavimento haya sido pulido y abrillantado, se le deberá cubrir con serrín, para protegerlo mientas se estén llevando a cabo otros trabajos, y si es posible mantenerlo así hasta la entrada en servicio del pavimento.
Cuando se elimine el serrín, el suelo deberá lavarse con agua limpia y jabón neutro y con suficientes cambios de agua para que la limpieza sea total. No podrán utilizarse ácidos ni productos de limpieza tales como aguafuerte, lejías u otros detergentes de los que se desconozca si tienen sustancias que puedan perjudicar al cemento o al mármol.
La conservación de la limpieza del suelo deberá realizarse con agua limpia y con uso exclusivo de jabón neutro y suficientes aclarados posteriores de agua para su completa eliminación. Periódicamente se podrán utilizar productos abrillantadores, pudiendo ser aplicados manualmente o mediante máquinas.
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